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La importancia del jaguar en la conservación de los recursos naturales

El jaguar, el mayor felino del continente Americano, es una de las especies más emblemáticas del mundo y, sin lugar a dudas, la más carismática de los bosques tropicales americanos con un alto valor cultural. En Bolivia la especie se encuentra en la categoría En Peligro de Extinción según la legislación ambiental vigente.

La sobrevivencia del jaguar depende esencialmente de la permanencia de grandes extensiones de hábitat conectado, con abundantes presas silvestres y sin que se de persecución y muerte a los individuos de esta especie.

Las ventajas de utilizar a la especie como elemento central de proyectos de conservación son diversas y están fundamentadas en sus características:

Valor ecológico:
Especie clave
Como depredadores son claves en el equilibrio de los ecosistemas, no sólo por la presión que ejercen extrayendo individuos del sistema sino también condicionando el comportamiento de las presas. Cuando los grandes depredadores desaparecen comienzan a actuar fenómenos en cadena que desestabilizan los ecosistemas y les puede llevar al deterioro. Elegir a depredadores máximos en estrategias de conservación, busca incluir bajo diversos esfuerzos orientados a la conservación de una especie particular, a muchas otras que representan peldaños tróficos –directos e indirectos- que llevan hasta la cúspide energética representada por el depredador máximo.

Especie paraguas
Los jaguares tienen amplios ámbitos hogareños; un macho adulto en la selva de Quintana Roo puede utilizar en un año un área de más de 90 km2. Es por esto que necesitan de grandes áreas de hábitat para mantener una población viable, y en este sentido pueden ser utilizados como especie paraguas. Al proteger las grandes extensiones de hábitat que requiere esta especie, se benefician también muchas otras especies con requerimientos espaciales menores.
El “efecto paraguas” del jaguar significa que las actividades que se desarrollen para su conservación, deberán incluir necesariamente las que directamente garanticen la salud del ecosistema: presencia sana, abundante y diversa de los herbívoros y, por tanto, también de las plantas de las que se alimentan estos herbívoros. Al conservar esta especie en vida libre —conservando su hábitat en buen estado— se benefician a su vez una gran diversidad de seres vivos con los que coexiste.

Especie indicadora
La presencia de una población viable de jaguares es un indicador del buen estado de salud del área, ya que hace evidente la existencia de presas suficientes para mantener la población de depredadores. Un ecosistema íntegro, con capacidad de brindar múltiples servicios ambientales a largo plazo, es aquel que puede mantener viables sus poblaciones de depredadores.

Los requerimientos del jaguar –extensiones considerables con cobertura vegetal adecuada, incluyendo parches densos; buena conectividad entre los parches; existencia de presas adecuadas en tipo, calidad, cantidad, disponibilidad y estabilidad; relaciones mínimas o cundo menos no conflictivas con las actividades humanas; hacen de su presencia un buen indicador del estado de salud del ecosistema. Esto permite utilizarlo como indicador del estado de conservación de áreas con vegetación nativa y como guía para la identificación de posibles corredores biológicos prioritarios.

Valor como especie carismática y emblemática:
El jaguar reúne una serie de cualidades estéticas sumamente valoradas por el hombre. La armonía y el equilibrio, así como la elegancia y plasticidad de sus movimientos de sus formas producen un efecto de belleza insuperable. Esto ha permitido aprovechar el jaguar para abordar aspectos sociales y dar impulso a actividades productivas alternas o adicionales, como el desarrollo de proyectos ecoturísticos y otras posibilidades de desarrollo sustentable. Por otra parte, su característica de especie emblemática de sus ecosistemas promueve diversas acciones apoyadas en la imagen de la especie, al utilizarla como bandera y motivo de orgullo local.


Valor cultural:
Pocas especies animales han tenido en México tanta importancia cultural e histórica como el jaguar. Personaje central de cosmogonías, rituales, cultos, mitologías y manifestaciones artísticas y religiosas, el jaguar es una pieza clave del mundo prehispánico y forma parte esencial de nuestras raíces culturales. El privilegio de contar con una especie llena de significado mítico e histórico, promueve el orgullo regional, hacia una mayor sustentabilidad de nuestras interacciones con la diversidad biológica.